Colaboración: VIVIENDO EN CHINA POR ROXANA

Hola!! Mi nombre es Roxana, soy mexicana del mero Sinaloa. Tengo 30 años y desde hace 3 vivo en Suzhou, China.

Desde joven he sido una nómada. Me encanta conocer nuevos lugares, formas de vida y personas interesantes. He vivido en diferentes ciudades de México, en España y China.

Mi travesía en el extranjero inició en el 2012 con un intercambio internacional. Recuerdo que en una ocasión mientras estudiaba la preparatoria le dije a mi papá, "papá, en la universidad me iré a estudiar a España", él sólo sonrió y me dijo, "ojalá que si hija, ojalá que si". 

Un año después inicié la carrera de Negocio y Comercio Internacional en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y me enteré que tenían un convenio con la Universidad de Murcia, en España. En cuanto fue posible iniciar mi trámite de intercambio, no lo pensé dos veces y me lancé a investigar. Recabé todos los documentos, apliqué para una beca de estudios y en el 6to semestre de la carrera me fui a estudiar a España por 7 meses.

La experiencia fue increíble y muy enriquecedora, hubo de todo. Aunque pocos lo creían estudié mucho y conocí profesores y compañeros súper interesantes con los que aún mantengo contacto. Claro que la fiesta, los viajes y el alcohol no pudieron faltar. Cómo olvidar el bar de la ciudad para chicos ERASMUS, el Badulaque. Ahí también ocurrieron cosas súper divertidas, conocí a personas entrañables y me gane algunas resacas. 

En fin, España fue mi despertar internacional, conocí la forma de vida de otras personas, no solo de España, sino también de personas de otros países de Europa y el mundo. Visité algunas ciudades españolas y otros países como Italia, Francia, Lituania y Marruecos. Puse a prueba mis habilidades culinarias y de supervivencia y aprendía a administrar mi tiempo, dinero y esfuerzo. Vivir sola a los 20 años en otro país no fue tan fácil como creía, pero tenía todas las ganas e ilusión, así que me enfrenté a todo eso súper feliz.

De mi intercambio universitario en España guardo valiosos recuerdos y amistades, pero el verdadero reto en el extranjero aún estaba por llegar. Al volver a México seguía con la cosquillita de irme a vivir por más tiempo en el extranjero. Pero como siempre pasa, la rutina nos alcanza y los "deberes" nos detienen. 

Así pasaron varios años hasta que decidí romper con la comodidad de mi trabajo y de la casa de mis padres. A mis 24 años me fui de mi natal Culiacán, para estudiar la maestría en Guadalajara, Jalisco y a experimentar la vida del “adulto independiente”. En la maestría nos ofrecieron una beca para realizar un verano de investigación en el extranjero y fue entonces que me encontré de nuevo con la oportunidad de vivir una experiencia internacional.

Cómo mi carrera va muy relacionada con el comercio exterior, China era una constante en todos mis casos de estudio. El gigante asiático estaba conquistando los mercados latinoamericanos y mis colegas internacionalistas estaban enfocados en conocer las mejores prácticas para hacer negocios con empresas chinas. Así que una buena amiga de la maestría y yo nos pusimos a investigar universidades o empresas que solicitaran pasantes o pupilos de investigación, hasta que dimos con la empresa perfecta en Suzhou, China. Mandamos una carta de solicitud, nos respondieron de forma satisfactoria y pronto estábamos preparando todo para lanzarnos a vivir unos meses al otro lado del mundo.



A China llegué por primera vez en el 2016, durante ese periodo conocí algunas ciudades del país, como Beijing, Shanghái y Suzhou, viajé por Asia a Corea, Japón, Hong Kong y Macao. Debo aceptar que quedé muy sorprendida con las costumbres tan diferentes que tiene la gente acá. Es increíble como todos los días puedes descubrir cosas nuevas.

Esos dos meses pasaron volando, conocí una cultura, tanto social, como laboral totalmente opuesta a la nuestra en México. China es una cultura tan milenaria que podría tardar la vida entera tratando de conocer todas sus curiosidades. El verano de investigación acabó, presenté mis resultados a la empresa y volví contenta y satisfecha a México. No sin antes dejar la semillita plantada de un día volver a tan enigmático país, me enamoré de su rica cultura y misterios pendientes por resolver.

En el 2017 surgió la oportunidad de volver a realizar prácticas profesionales a la misma empresa de mi investigación y sin pensarlo mucho acepté. Terminé mis estudios de maestría, presenté mi examen de grado y me lancé a la aventura en China por segunda vez. A partir de entonces hasta hoy tengo 3 años viviendo en China, me casé y tengo dos gatitos que forman mi pequeña familia. Sé que te estarás preguntando si mi esposo es chino, así que me adelanto y cuento que no, jaja, mi esposo es catalán. Nos conocimos varios años atrás en Culiacán y por azares de la vida volvimos a coincidir en China, pero esa es otra historia de amor internacional.

Trabajar y hacer una vida social en un país tan distinto como China no fue fácil. El idioma, la cultura y la comida son mundos aparte, la frase “tímù bù dǒng” (no entiendo) era mi segundo nombre. Sin embargo, al principio todo era novedad, divertido y siempre estaba ocupada conociendo cosas nuevas. Pero llega un momento en el que te das cuenta que ahora esta es tu nueva vida y la perspectiva de los días va cambiando. No me entiendan mal, no cambian a peor, simplemente ya no eres un turista en una ciudad nueva. Ya eres parte de esa ciudad, de esa sociedad y de esa vorágine de días ajetreados. Tú día a día empieza a ser de lo más normal, las novedades empiezan a decrecer, pero empiezas a disfrutar tu estancia desde tu hogar. Ese lugar que antes era tan diferente ahora es tu rutina, tu lugar seguro, lo haces entrañable y le tienes un gran amor a todo lo que rodea a ese nuevo ambiente.

China, como todos los países tienen sus cosas buenas y otras no tanto. Hay cosas que me encantan y otras con las que he tenido que aprender a vivir. Al final de cuenta la extraña aquí soy yo, y es por eso que he aprendido a entender y respetar algunas costumbres que tal vez no comparto, yo solo soy una invitada en su país.

Este gigantesco país me ha dado más satisfacciones, que disgustos. He encontrado grandes amigos que espero duren para toda la vida, he consolidado mi carrera profesional y un matrimonio de 2 años y he creado dos empresas, una en china dedicada a la búsqueda de proveedores e inspecciones a fábricas y otra en México junto a mi hermana, una tienda de ropa en línea www.trendalermx.com (@trendalertmx).

Suzhou ha cambiado mucho desde que llegué, ahora es una ciudad financiera muy fuerte, la tecnología abunda y yo he cambiado junto con ella en estos tres años. Ha abierto mis ojos a nuevas realidades y de vez en cuando me ha sacudido para entender que mi forma de ver la vida, la religión y el conocimiento no es absoluta, ni perfecta. He aprendido a observar, a escuchar, a entender, a querer y a agradecer. He aprendido a extrañar a mi familia, a mi país y mi cultura, a valorarla aún más y a no perder la esencia que me hace quien soy, una “culichi” en China.

Muchas gracias por llegar hasta aquí y leer mis experiencias, si estás pensando viajar al extranjero, por turismo, por estudios o por trabajo, te aseguro que será una experiencia que jamás olvidarás. Prepárate bien, toma todas las precauciones necesarias y disfruta. Si vienes a China un día llámame, me encantará tomar un café o una cerveza con una paisana. Sígueme en mi Instagram como @nohablochino, ahí puedes escribirme, preguntarme tus dudas o simplemente conocer más cosas de China, publico muy seguido fotos y curiosidades sobre el país.

Te mando un caluroso abrazo desde China.

Roxana B.





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