Ni de aquí, ni de allá
Si vives lejos de casa, tal vez te sientas identificado con esta publicación. Recuerdo la primera vez que me tocó ir de visita a mi ciudad, a mi casa; apenas tenía seis meses viviendo en Almería, pero yo sentía que tenía años sin visitar a mi familia y añoraba volver. El viaje estuvo un poco pesado, fue la primera vez que crucé el Atlántico sola con Fer (el tenía 2 años), uno de mis vuelos se retrasó y tuve que pernoctar en la Ciudad de México, pero la ilusión que tenía de volver a ver a mi gente podía con cualquier contratiempo que se me pudiese cruzar. Finalmente llegamos a Mexicali, mi mamá y hermana fueron a recogernos al aeropuerto. Sin dudarlo lo primero que comí en mi tierra, fueron unos deliciosos tacos de carne asada que me supieron a gloria. Estaba muy feliz, sin embargo, tenía una sensación extraña. La ciudad no estaba tan cambiada, pero la sentía ajena. No me malinterpretes amo mis raíces, amo ser mexicana, amo mi país, incluso si alguien me hu