COLABORACIÓN: VIVIENDO LEJOS DE CASA POR MARCELA ESPINOZA
Mi nombre es Marcela, soy originaria de Mexicali, B.C. y desde hace 7 años vivo lejos de lo que siempre conocí como mi única casa. En el 2013 me case con mi mejor amigo y desde entonces me uní a la aventura llamada vida militar en Estados Unidos; mi esposo es parte de la NAVY desde el 2011, lo cuál a la fecha hace mis días más interesantes , me ha llenado de meses de espera y años de una incertidumbre que considero extrañamente adictiva de la manera más positiva.
Su primer contrato nos regaló poco menos de 5 maravillosos años en la ciudad de San Diego, que para muchos de los mexicalenses es un destino habitual y una escapatoria perfecta para los fines de semana. Debo confesar que no me fue difícil la transición de vida, ya que crecí visitando ese lugar por la familia que aún tengo ahí, quienes hicieron mi adaptación más fácil a todo aquello que fue nuevo para mí, el idioma nunca fue un problema y mucho menos la comida, ya que nuestra cultura está bien latente en todo ese lado de la frontera y también podíamos escaparnos seguido a Mexicali. El reto fue aprender un estilo de vida militar , ciertas reglas, responsabilidades y cambios; siendo uno de ellos mi favorito: vivir en distintos lugares cada determinado tiempo.
Marcela |
Que se extraña? las reuniones imprevistas los domingos en casa de mis papás, la comida china y unos buenos tacos, las reuniones con amigos, pero sobretodo, yo creo, sería lo tanto que deseas que tu familia vea crecer a tus hijos (bendita tecnología) ; con el tiempo aprendes a hacer las pases con lo que la distancia te obliga a perderte pero lo disfrutas mucho más cuando se te da la oportunidad de estar ahí.
Marcela y su familia |
Marcela y su hijo mayor |
Estamos a un par de meses de que se inicie el 3er capítulo en nuestro álbum de vida ahora llamado Whidbey Island en Washington St. y la verdad que no puedo esperar a conocer y crear nuevas memorias para mi pequeña gran familia.
Marcela Espinoza.
Me encantas Mashe, eres una niña hermosa por fuera y por dentro, y me siento feliz porque llegaste a primero hacer feliz a nuestro chato, por los dos hermosos chamacos que nos diste para hacernos crecer y por formar parte de esta loca familia que te quiere.
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