Colaboración/ MI EXPERIENCIA VIVIENDO LEJOS DE CASA POR ANDREA GALLEGO

Nadie me creía tan valiente, ni yo misma, y fueron un montón de actos impulsivos que, aún sintiendo que no sabía realmente lo que hacía, me mantuvieron firme en la decisión de irme de intercambio universitario. Recuerdo haberlo escrito en mi proyecto de vida en 1er semestre y creo que fue lo que me impulsó a tomar esa decisión, la cual cumplí en 7mo semestre.  

Fue una meta, una idea que tenía de viajar a Europa, pero no tenía definido lo que conlleva estar de intercambio así que solo me aventé. Fue un proceso difícil porque mis papas no me daban permiso ni apoyo económico. Conseguí una beca, otros apoyos y trabajé por mantener mi promedio, mis papas terminaron apoyándome cuando tenía todo arreglado para emprender la aventura en enero 2018 a Mallorca, España. 

Algunos conocidos que se habían ido de intercambio me decían que era lo máximo y que no me iba a arrepentir, que se aprendía mucho, pero realmente cada quien vive su propia experiencia y a mi NADIE me habló de extrañar mi casa.

Me costó 3 meses adaptarme. Al 1er mes yo quería regresar a mi ciudad, extrañaba mucho a mis amigos, la comida y lo barato que era vivir en mi ciudad. En Mallorca todo se me hacía tan caro, sobre todo por el tipo de cambio (pesos mexicanos a euros)! Mis amigos en México juraban que yo en ese momento la estaba pasando super bien, la realidad era que yo los extrañaba y quería que estuvieran ahí conmigo. 

Empecé a aceptar el reto, a adaptarme a nuevos sabores, ya hasta tenía nuevas bebidas favoritas, y lugares favoritos. Conocer diferentes culturas me desconectó de costumbres que tenía, para dar lugar a unas nuevas. Supe que había gente que sentía lo mismo que yo y al conocerlas me sentí comprendida. Empecé a abrirme a nuevas personas, ambientes y a disfrutar la vida lejos de casa.

Después de estar fuera por 7 meses, volver a mi ciudad fue un shock e inicié nuevamente un proceso de adaptación. Hice nuevas amistades, en mi propia ciudad, buscando nuevos intereses en común, personas que hubieran experimentado vivir lejos o que quisieran vivir fuera y poder ayudarlos a llevar ese proceso difícil de adaptación.

Un año después de que regresé de mi intercambio, decidí que debía continuar el aprendizaje en otro país: Estados Unidos. La idea de volverme a ir por un tiempo me hizo encontrar el programa de au pair (persona extranjera que trabaja ayudando con las tareas del hogar o el cuidado de niños en una casa de acogida en el extranjero). Actualmente trabajo con una familia en New Jersey (a una hora de New York City), en donde practico mi inglés, gané una nueva familia, he conocido a nuevas personas, he hecho nuevos amigos y vivo la experiencia estadounidense dentro de un núcleo familiar. Me fue más fácil el proceso de adaptación esta vez, tal vez por lo que ya había vivido. 


En tiempos de COVID me ha ayudado mucho cuidar niños (son 4), porque son muy divertidos. Ahora estoy a unos meses de cumplir mi primer año viviendo en Estados Unidos y me quedaré uno más. Pero pretendo que el siguiente país en el que viva sea europeo, Reino Unido quizá?.


Supongo que el hecho de haber viajado y haber vivido lejos de casa hace que no extrañe las cosas como antes; soy más curiosa a probar nuevas comidas, encontré diferentes formas de socializar como yendo a caminar y no solo salir de fiesta. Todo lo que he vivido lo llevaré conmigo siempre, porque han sido fragmentos de cosas que no se repetirán. Cuando tenga que regresar a casa, la aventura, la vida fuera de lo cotidiano será probablemente lo que extrañaré más. 


Mi nombre es Andrea Gallego, tengo 24 años, soy de Mexicali, BC., México y espero te haya gustado lo que he compartido sobre mi experiencia viviendo lejos de casa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Colaboración: DE CANCÚN A BRUSELAS POR KRIZIA

Colaboración: FERNANDA EN PAKISTÁN

Colaboración: DE COLOMBIA A ESPAÑA CON 17 AÑOS