Colaboración: MI EXPERIENCIA VIVIENDO LEJOS DE CASA POR FERNANDA NEGRETE

Mi nombre es Fernanda, tengo 27 años y mi experiencia viviendo lejos de casa ha sido una montaña rusa en todos los aspectos. 

Conocí a mi esposo en el 2014, ambos estabamos de intercambio universitario en Guadalajara, México. Él es español y yo michoacana.  

Cuatro años después, a inicios del 2018 y teniendo ambos trabajos estables en México, decidimos que queríamos dar un cambio a nuestras vidas y vivir nuevas experiencias por lo que dejamos todo atrás, vendimos nuestras pertenencias y nos mudamos a Toronto, Canadá.

Yo fui con un visado de estudiante a hacer un diploma en turismo y él con un visado de trabajo a empezar de cero. Lo complicado de tomar esa decisión fue: darme cuenta del riesgo que estabamos tomando, decir adiós y empacar mi vida en 2 maletas (me había mudado muchas veces dentro de México pero esto no era lo mismo). 

Adaptarse a la vida social fue muy fácil, la gente es súper amable (la palabra más dicha es ¨sorry¨ por todo), hay muchos eventos culturales todos los días, debido a que el 60% de la población es inmigrante de todo el mundo. Se puede probar todo tipo de comida, escuchar más de 80 idiomas por las calles, algo que extrañamente me hizo sentirme muy adaptada a una sociedad tan multicultural. Y claro, como en todos sitios siempre hay un ¨pero¨: los inviernos son muy largos y vivir 7 meses con climas tristes y algunos días con temperaturas de -25c fue, sin duda, lo más complicado. 

Unos meses antes de culminar nuestros proyectos y visados en Toronto queríamos sol así que decidimos venir a la tierra de mi esposo: Aguadulce en Almería, España. 

Todo fue volver a empezar una vez más y volver a decir adiós.
Han sido unos meses muy enriquecedores: adaptarme a la comida y horarios no fue tan fácil como en Canadá pero me encanta; hablar el mismo idioma es un plus pero aún así he tenido que modificar mi vocabulario; vivir a unas calles de la tranquilidad del mar es increíble, aunque algunas veces echo de menos el ajetreo de una gran ciudad; la conexión que he hecho con mis ahora amigos y familia fue inmediata, la gente me ha hecho sentir como en casa desde que llegué. 

Sin duda lo que más extraño de mi tierra es a mi familia, amigos y la comida, aunque con la comida me las he ingeniado muy bien y me encanta probar con los ingredientes que encuentro aquí. 

Vivir lejos de casa no es fácil pero es muy emocionante y creo que ninguna otra experiencia te enseña más a valorar y conocerte a ti misma como ésta 💖.

Fernanda Negrete





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