Colaboración: DE CANCÚN A BRUSELAS POR KRIZIA
Lo primero que hice para adaptarme fue aprender el idioma, eso me ayudo muchísimo para entender las conversaciones cuando salía con los amigos de mi esposo y sentirme integrada.
Llegué en invierno, me sentía sin ganas y tenía la necesidad de dormir más por el frío. Antes de emigrar, yo vivía en Cancún, no estaba acostumbrada a la temperatura de Bruselas. Al principio, ni siquiera sabía como vestirme para estar bien cubierta y no tener frío afuera.
Tengo la suerte de que mi hermana también esta casada con un belga y vive en Bruselas, por lo que tenerla aquí hizo que mi proceso de adaptación fuera más fácil.
Poco a poco aprendí el idioma, las costumbres belgas se volvieron las mías, el frío ya no me impedía hacer actividades fuera, empecé a trabajar y fue ahí cuando me sentí totalmente adaptada, pues ya tenía una rutina. La estancia aquí ya era mucho más amena, ahora Bruselas es mi casa. Este proceso de adaptación me tomó 2 años.
Lo más difícil de vivir lejos es no tener a tu familia cerca, que nuestros hijos vivan lejos de sus abuelos. Obviamente extraño la comida, a mis amigos pero, sobre todo a mis papás.
Me vine a vivir a Bruselas porque aquí encontré el amor, literal en la casa de mi esposo, yo lo estaba esperando y pues.. nos enamoramos, ahora somos 4!
Krizia
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