Colaboración: VIVIENDO LEJOS DE CASA POR VERÓNICA

Mi nombre es Verónica, tengo 31 años, soy de León (con el tonito cantado) y vivo lejos de mi México. Bastante lejos, en el oeste de Alemania, en una pequeña ciudad llamada Bottrop llena de viejitos y gente turca. 

Mi historia de cómo llegué aquí es difícil de creer para algunos pero para mí es el destino cumpliéndose! Desde siempre me había gustado viajar, sola, con amigos, de imprevisto, con tour, de trabajo, pero hubo un viaje que me cambió la vida; en el que conocí a mi media naranja. Sin buscarlo ni esperarlo nos flechamos desde el primer momento y desde ahí supe que mi vida no sería la misma. Hicimos un par de viajes más y decidimos compartir nuestro futuro juntos. 


Yo tenía el trabajo de mis sueños y muchas metas personales por cumplir, lo dejé todo por ir a formar mi propia familia. Me despedí de las personas que más amo con 8 meses de embarazo y volé sola al otro lado del mundo a encontrarme con mi amor; nos casamos, e iniciamos en nuestro hogar en solo 1 mes. Y digo que era el destino porque todas las puertas se abrieron para que pudiéramos lograrlo! Cada trámite con la embajada, con el seguro social, el registro civil... todo se dio sin ningún contratiempo para que yo pudiera volar y que nuestra bebé naciera en Alemania como habíamos planeado. 


Pero eso no fue lo más difícil! Cuando nació Emma, mis papis no pudieron viajar y mi mamá me hizo tanta falta a mi lado, me tuve que aventar solita todos los nuevos retos como mujer-madre! (Las mamás me entenderán). Además del reto de acoplarme en una cultura y un país nuevo al mismo tiempo. 

Mi marido es alemán con ascendencia turca y mi familia política tiene bastante arraigada su cultura y religión musulmana. Para mí todo era nuevo, no entendía nada, había estudiado algo de alemán pero ahora también tenía la presión de aprender turco (porque literal en esta parte de Alemania hay grandes comunidades turcas que sientes que estás en Turquía). 

El choque cultural, el cambio de vida, de país, mis hormonas, el idioma, el sentimiento de extrañar a mis padres y amigas, la nueva etapa de ser mamá y esposa; nada lo hubiera podido hacer si no es con la ayuda de Dios, el amor de mi marido, mi bebé y el apoyo y aliento de mis maravillosos padres.

Esta semana cumplo mi primer año viviendo lejos de casa contenta y convencida de que estoy en el camino correcto.

Me preguntan si no extraño México, mi familia, la comida... y sí, MUCHÍSIMO! Mis papás nos visitarán en Navidad y me siento tan feliz de que podré abrazarlos otra vez y ellos de ver a su única nieta! (y que me traigan tortillas 😅

Ha sido toda una aventura y sé que apenas esto es el comienzo! 

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