Hasta luego abuelita....

Me tomó varios días agarrar un poquito de fuerza para poder dedicarle estas palabras.

Me toca despedirme de usted: mi abuelita, mi segunda madre, mi madrina de confirmación, mi vecina.

Una de mis peores pesadillas viviendo lejos de casa se ha vuelto realidad, justo en medio de una pandemia que me tiene atada de pies y manos. 

No deja de vibrar en mi mente el momento en el que me enteré que su vida en la tierra se apagó. No olvidaré esa sensación horripilante en la que la sangre se me fue a los talones y me vino un escalofrío espeluznante unido a la impotencia de no poder tomar el primer vuelo directo a abrazar a mi madre, hermana, a todos los míos.

En ese momento supe que a partir del 13 de junio 2020 mi vida ya no volvería a ser la misma.

Después de no querer creerlo, de pensar que todo era una pesadilla, de pensar en lo injusto que era perderla, empecé  a intentar imaginarme la vida sin usted, y no dejo de preguntarme... hasta cuándo llegaré a resignarme a no tenerla?

Una parte de mi corazón se fue con usted, pero me quedaron los recuerdos de toda mi vida a su lado junto a todo el amor que me dio, me quedaron todas sus enseñanzas, sus anécdotas y toda su devoción por la gente que la rodeaba.

Estoy consciente de que el dolor no se va a ir y que en algún momento aprenderé a vivir con el. 

He rogado porque una de estas noches se aparezca en mis sueños y pueda darle un abrazo enorme.

No puedo dejar de pensarla pues no quiero olvidar ni una sola arrugita de su hermosa carita.

No me queda más que voltear a ver al cielo e imaginarla al lado de su niña y su bisnieta, ahora les toca a ellas disfrutarla y adorarla como lo hicimos nosotros.

Hasta luego abuelita... algún día nos volveremos a encontrar.

Alma Karina