Colaboración: MI EXPERIENCIA VIVIENDO LEJOS DE CASA POR MAYELA

Hola! mi nombre es Mayela, nací en Querétaro hace 31 años. Actualmente vivo en Austria, en una ciudad llamada Linz. Soy diseñadora gráfica de profesión y después estudié una maestría en Marketing. Siempre me he considerado una persona muy curiosa, quiero hacer de todo, probar de todo, vivir nuevas experiencias y una de mis pasiones es viajar, otra es pintar con acuarela. 

A los 24 años me fui de voluntaria a la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) en Río de Janeiro. Brasil siempre había sido mi sueño y por fin lo logré con mis propios ahorros (por supuesto mis papás me apoyaron mucho también, una vez que me fui). Mi plan era ir un mes y me quedé 3. Me hice muy amiga de los dueños del hostal al que llegué y me permitieron quedarme sin pagar alojamiento ni comida, lo intercambiaba con ayuda en el hostal, lo cual fue padrísimo porque me encantaba convivir con los extranjeros que llegaban de huéspedes. Desde ahí, me di cuenta que quería conocer otros países, otras culturas.
Con la mente puesta en volver a Brasil a estudiar una maestría, regresé a México, según yo, a arreglar mis papeles y todo, pero oh sorpresa!, conseguí un trabajo muy cool que me hizo tomar la decisión de quedarme ahí; además estaba en mi país, con mi familia, con mis amigos y ahora con un buen trabajo. Meses después me reencontré con un chico con el que salía 3 años atrás (en aquel entonces, un día no supe más de él), pero la vida da muchas vueltas, nos reencontramos y terminamos juntos, así que mi regreso a Brasil ya no estaba en mis prioridades.

Pasamos por altas y bajas en la relación, incluso intentamos vivir juntos y no lo logramos la primera vez jaja. Después, lo volvimos a intentar y nos dimos cuenta de los ajustes que debíamos hacer y ahí la llevábamos cuando otra vez, oh sorpresa!, la empresa donde trabaja le ofrece trabajar en Austria de expat (persona que, de forma temporal o permanente, reside en un país diferente del país en el que nació) por 2 años. Él habló conmigo y me preguntó si quería irme con él (para mi fue como si me hubiera dado un anillo de compromiso jeje), por supuesto le dije que sí y él hizo de todo para poder traerme. No era tan fácil porque no era su esposa y realmente no estaba en nuestros planes casarnos todavía y mucho menos por una visa, pero al final logró tener el apoyo de su empresa.
Entonces en enero de 2018 nos pagaron un viaje de una semana para venir a escoger donde vivir y ver la universidad donde yo estudiaría (él vendría con visa de trabajo pero yo tenía que conseguir la de estudiante) su empresa nos apoyó en todo momento, incluso a mi con los trámites para la visa de estudiante, etc. 

Así que en marzo de 2018, con dos maletas cada quien y solo el pasaporte, llegamos a Austria, con vuelos de regreso, sin saber si podríamos conseguir las visas (para él ya era más que seguro, pero mientras no la tuviera en sus manos, no estaba nada escrito). Sobre todo en mi caso, fue muy difícil con la documentación en México, fechas de entrega, etc., pero al final se logró, todo se acomodó y creo que cuando Dios dice sí, es sí. Y en mayo ya teníamos ambos nuestras visas y ya no regresamos a México. 
Hoy me doy cuenta que son ya casi dos años y medio de eso y se me ha pasado muy rápido pero ha sido una experiencia muy padre! Él ha ido más seguido a México por trabajo, yo solamente en navidad. Hemos tenido la oportunidad de viajar mucho, lo cual me ha encantado.

Vivir lejos de México ha sido una experiencia muy padre pero complicada a la vez. Por supuesto no fue fácil despedirme de mi familia, de mis amigos, renunciar a mi trabajo y además continuar la maestría en línea (la universidad no ofrecía esa modalidad pero me apoyaron para poder continuar y no perder el año que ya tenía estudiando) fue complicado sobre todo por los horarios, pero sí lo logré, lo cual fue una satisfacción profesional muy grande para mi.  
A veces me cae el veinte de lo lejos que estoy de mi país, de mi familia, de mis amigos. Hacer amigos aquí no es fácil, incluso yendo a la universidad, pero poco a poco me fui acostumbrando al país y al idioma sobre todo (cuando llegué era ruido sin sentido, ahora ya puedo entenderlo y hasta defenderme, lo cual me hace muy feliz). Considero que he tenido un crecimiento muy padre, sobre todo personal. He aprendido a organizarme, a cocinar y sobre todo a trabajar en las áreas que me ayudan a convivir en armonía con mi novio. Hemos logrado tener una convivencia muy cool, incluso mucho mejor que cuando vivíamos en México, el vivir lejos los dos y pasar este cambio juntos, nos unió más. En diciembre nos comprometimos y este año nos casaríamos por el civil pero pasó esto de la pandemia y todo se ha pospuesto. Pero esperamos pronto retomar los planes y poder planear la boda por la iglesia en México :) 

Ha sido un reto muy padre, sobre todo el idioma, pero todo se ha ido dando gracias a Dios. No sabemos cuales son los planes a futuro, si nos quedaremos acá o no, pero el camino se irá mostrando poco a poco, como hasta ahora. Definitivamente es algo que volvería a hacer una y otra vez, a veces dan miedo los retos, pero una vez que te das cuenta de lo capaz que eres, hasta disfrutas la vida de otra manera. :) 

Mayela

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