Colaboración: DE ARGENTINA A BERLÍN POR SOFÍA

Mi nombre es Sofía, soy argentina y me mudé a Berlín hace tres meses, en plena pandemia. Pero nada de todo esto fue parte de mi plan original.

A principio de año decidí mudarme a Mallorca empujada, en parte, por mi inconformidad en la capital argentina, Buenos Aires, donde el caos social y económico reina; y por otra parte, por un hombre que había conocido unos meses atrás que había decidido mudarse a Alemania. Fue así como, en un intento de buscar un futuro más prometedor, decidí irme de mi Argentina natal.

Desafortunadamente para nuestro mundo, una pandemia nos agarró desprevenidos. Mi pasaje fue cancelado días antes de viajar y, de repente, Argentina estaba en cuarentena total ¿Qué iba a hacer? Ya había renunciado a mi trabajo, mis valijas estaban armadas y mi departamento semi vacío.

¿Y si me mudo a Berlín donde está Juan?, pensé. 

Todavía estaba a tiempo, un último vuelo de repatriación del gobierno Alemán salía el viernes 17 de Abril de Buenos Aires. Como no tenía residencia en Europa, aunque sí pasaporte europeo, me dijeron que no podía volar. Pero eso no me detuvo. Me subí a un taxi, me fui al aeropuerto y espere 6 horas hasta que me dijeron que había lugar en el avión y que podía viajar.

El proceso de adaptación fue bastante bueno, en gran parte gracias a que mi (ahora) novio ya había pasado por esto mismo un par de meses atrás. Todo es más sencillo cuando hay alguien que te guía y acompaña en el proceso.

Lo más difícil de vivir lejos es aprender a convivir bajo reglas que no son propias. Entender que las cosas funcionan de otra forma y es uno el que tiene que aprender a cumplirlas. Esto se vuelve particularmente complicado, sobre todo, cuando uno no habla el idioma.

Sin duda, lo que más se extraña son los amigos, la comida, las costumbres. Pero creo que parte del proceso de adaptación es mantener ciertos hábitos de su país de origen y tomar ciertos otros del país destino para adaptarlos a su nueva vida.

Sofía

@argentinaenberlin