Colaboración: UNA MEKSIKANKA EN SERBIA POR KAREN
Hoy les voy a contar como fue que llegué a vivir a Serbia, el país en donde aman a los latinos y aprendieron a hablar español mientras veían telenovelas mexicanas en la televisión pública de aquí.
Mi nombre es Karen Elías, y soy una Mexicana — o Meksikanka como dicen por acá— viviendo en Serbia. Llegué aquí hace 2 años, cuando conocí a un chico Serbio-Eslovaco en internet, por medio de una app de música, y después de una larga relación a distancia, decidimos conocernos en persona. Tiempo después nos casamos y decidimos quedarnos a vivir en este país tan desconocido para mi y muchas personas.
Al principio, cuando les dije a mis familiares y amigos que me iba a vivir a Serbia, la mayoría me preguntaban:
—¿Pero qué vas a hacer en Siberia?
—¿Pero qué no hay guerra en Siria?
Y yo les contestaba ¨No, no es Siria, ni Siberia, es Serbia¨. La verdad es que ni yo sabía localizarlo en el mapa, pero la primera vez que vine quedé encantada con el país, las personas, la cultura y sus maravillosos veranos.
Nosotros vivimos en la segunda ciudad más grande de Serbia, se llama Novi Sad y forma parte de la región de Vojvodina, en donde existen más de 25 nacionalidades conviviendo entre si (próximamente 26 con la Latina, que cada vez somos más). Gracias a esto, y a que su gente está acostumbrada a la diversidad étnica en esta región, mi proceso de adaptación no ha sido tan difícil. Es verdad que al inicio las personas se me quedaban viendo porque mis facciones son diferentes a los de ellos, esto me causaba ansiedad, pero me acostumbré a utilizarlo de pretexto para tratar de iniciar conversaciones.
Mi reto principal ha sido el idioma, ya que el serbio tiene sonidos que no puedo ni diferenciar y tienen 2 alfabetos, el cirílico y el latino. Aunque al inicio, era cómico ir a las tiendas y cuando trataba de comunicarme en inglés con ellos, me decían que no lo hablaban, entonces cambiaba al español y se les iluminaba el rostro y hacían todo lo posible por recordar su español de las telenovelas, tales como Esmeralda, La Usurpadora, Casandra, etc, y practicar sus líneas como ¨Yo soy tu madre¨ ¨Me voy a mi despacho¨ etc. La verdad es muy cómico .
Mi otro reto, es hacer amistades serbias. Aunque ellos son fiesteros, valemadristas y sociales, son reservados en cuanto a su vida personal y cautelosos con sus amistades. Dicen que para hacer una amistad serbia, primero debiste de haber compartido toda una bolsa de sal, ósea, eso implica invertir tiempo en salir a platicar, comer, tomar, compartir el café, pasar momentos juntos para que se abran y poder cultivar la amistad. Pero las pocas amistades serbias que tengo, han sido muy amables conmigo y han estado ahí para auxiliarme en las crisis culturales y personales.
Lo que más extraño de vivir lejos de casa es la comida, esos sabores orgásmicos que cambian de acuerdo a las regiones de nuestro sexy país. Extraño los tacos callejeros, la tortilla de maíz blandita y calientita, un buen guacamole, las aguas frescas, los dulces picositos, las salsas botaneras aciditas...y todo, todito lo que lleve limoncito y chilito 🤪
Si tu estas pensando en vivir lejos de casa te animo a que lo hagas, te aseguro que pondrás a prueba tu tolerancia, paciencia y empatía, y adquirirás nuevos super poderes como hablar en otro idioma, leer entre líneas y comunicarte las manos. No tengas miedo de salir de tu zona de comfort, viaja, experimenta, visita países impronunciables y si quieres venir a serbia acá te espero para enseñarte el paìs que no es Siria ni Siberia, es Serbia .
Si quieres continuar echando chisme, puedes seguirme en @karenrer para saber más sobre mi vida en Serbia y preguntarme todo lo que quieras saber sobre este país y su cultura.
Vidimo Se - ¡Nos vemos!
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