Colaboración: UNA MEXICANA QUE VIVE EN PRAGA POR ÁNGELES
Cuando tenía 14 años, leí un libro llamado "Hija de Humo y Hueso" y terminé enamorada de Praga. Me enamoré de una ciudad que solo conocía a través de letras e imágenes de google... pasé 5 años visualizándome y deseando caminar por ese cuento de hadas convertido en ciudad. Sentí un llamado en mi alma que me impulsaba a no desistir.
Después de 5 años, en julio de 2019 se me dio la oportunidad de ir a estudiar a donde siempre había deseado ir y para noviembre del mismo año, ya estaba aplicando para mi visa.
Llegué hace 1 año, el 22 de enero de 2020 para hacer mis sueños realidad y estudiar el idioma checo. Ahora, entre mis planes está el seguir estudiando un año más para después entrar a la universidad.
Al llegar a tierras checas, todo fue nuevo para mí, además no había mucha información para estudiantes que me pudiera orientar. Sabía las tradiciones checas "básicas": como el dejar los zapatos en la entrada de la puerta (aprendí a llevar calcetines del mismo color); a tirar el papel del baño en la taza (la primera vez que entré a un baño fue en mi residencia universitaria y no encontré el bote de basura, así que lo enrollé muy bien y me lo llevé a mi cuarto porque no quería que pensaran que era una cochina jajaja no sabía que se tiraba por el retrete); a comprar un ticket de transporte público y sentirme cómoda, libre, gracias a esa responsabilidad que el gobierno te otorga, al darte confianza y saber que no te subirás sin pagar (porque si te cachan, te dan una multa de 90 dólares).
Al inicio todo iba muy bien, me iba adaptando poco a poco y de repente llegó el COVID... ahí fue en donde empecé a extrañar más mi casa, la comida (aquí comen mucha carne y papas) y a mi familia. Entré en una pequeña depresión por el aislamiento y decidí hacer algo para salir de ahí.
En verano de 2020 inicié un canal de youtube llamado "Una Mexicana en Praga" con la finalidad de dar información a las personas que estén interesados en venir a estudiar. También inicié a buscar empleo de niñera, esto me dio la oportunidad de conocer a la embajadora de México en República Checa y también encontré un trabajo estable de Au Pair con una hermosa familia española.
Los intercambios de idiomas me ayudaron mucho a hacer amigos y a perder el miedo a relacionarme con la gente. Los restaurantes mexicanos me han ayudado a aligerar el sentimiento de tristeza de no ver puestos de tacos en cada esquina y las pequeñas comunidades de latinos en el extranjero me han ayudado a sentirme de nuevo en casa.
Me he adentrado más a la cultura checa gracias a mi novio que me acompaña a explorar esta hermosa ciudad a través de los ojos de un local y a sentir a República Checa en el corazón.
Ángeles.
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