Colaboración: LA VIDA ME SOPRENDIÓ LLEVÁNDOME A HOLANDA POR JAKELIN
Mi historia empieza con ese deseo de viajar, conocer otras culturas y aprender otros idiomas. Me llamaba la atención la idea de vivir en el extranjero, por eso después de terminar mis estudios en la universidad, me mudé a Francia para aprender otro idioma y así comienza mi experiencia lejos de casa.
El plan era aprender otro idioma, volver a casa y buscar mejores oportunidades, sin embargo los viajes, la cultura, las oportunidades y las personas que conocí me impulsaron a seguir en esta travesía. Me inscribí en un máster, y sin darme cuenta empezaron a pasar los años, incluso llegué a pensar que construiría mi vida en Francia, ya que tenía una pareja estable, estaba haciendo mi stage, tenía mi apartamento, pero la vida y el universo tenía otros planes para mí.
En nuestra historia única y mágica, nos casamos 3 veces donde logramos reunir a la mayoría de nuestros amigos y familia.
Ámsterdam, fue la ciudad que nos recibió como familia, yo tenía 6 meses de embarazo, y el reto más grande en ese momento fue entender todo lo relacionado con el sistema de salud y el manejo de los partos. Aquí hay midwives (parteras), que son las encargadas de hacer el seguimiento y control durante tu embarazo, e incluso pueden atender el parto si decides tener el bebé en casa.
En esta experiencia de convertirme en mamá y criar lejos de casa, lo más duro ha sido estar lejos de mi familia, pensar en todas las experiencias que no va tener mi hija, como jugar con sus primos y abuelos maternos, ni dominar el idioma. Ese miedo que nos llega en algún momento a todas las mamás que estamos criando lejos de casa y donde no tenemos una red de apoyo en nuestro idioma minoritario.
La adaptación ha sido otra montaña rusa. Es una aventura con sus días buenos y otros no tan buenos, donde debí adaptarme y conectarme a la cultura, al clima, al idioma y al ser mamá.
Aunque llevo varios cursos de holandés aún me cuesta, pero mi esposo y en especial mi hija son mi gran motivación para aprender el idioma.
SER MAMÁ inmigrante me ha hecho ser más consiente de ese vínculo inquebrantable, y de la responsabilidad eterna, que tenemos. Los padres que nos encontramos en el exterior tenemos un peso extra porque queremos transmitir nuestras raíces, y cultura a nuestros hijos y las que estamos en países con idioma diferente tenemos esa carga adicional, que no es tarea fácil, pero no es imposible. Fue esa motivación familiar, la falta de recursos en español y la pandemia la que me llevó a empezar mi emprendimiento, @montessoristepbystep, este ha sido otro proceso y otra historia.
Decidí certificarme en temas montessori y de disciplina positiva, para poder ayudar a mi hija no solo en el aprendizaje del español, si no también para poder ayudarla en su proceso de construcción, porque somos nosotros los padres, los arquitectos de la vida emocional de nuestros pequeños en esos primeros años de vida.
Lo que me encanta de los holandeses es que son personas de mente muy abierta, son organizados y puntuales, aquí las palabras respeto, responsabilidad y libertad tiene otras dimensiones. Me encanta que es un lugar muy seguro y donde el tiempo en familia es tan importante, incluso más que las horas de trabajo, hay muchos beneficios cuando te conviertes en padre.
Con mi esposo planeamos mudarnos ya veremos cuál será nuestro próximo destino.
Si estás en una situación como la mía y quieres apoyar el idioma minoritario no dudes en contactarme, saludos desde Ámsterdam.
Comentarios
Publicar un comentario